13/7/12

El editor de La Voz firma y difunde un sermón simplista y mesiánico

SRyMLcoruñesesdelaño
José Luis Méndez (izquierda) y su "amigo"
Santiago Rey. El primero logró arruinar

Caixa Galicia y el segundo "trabaja
duramente" para desprestigiar y al paso
que va, arruinar La Voz de Galicia SA
Hoy, el editor de La Voz de Galicia, Santiago Rey Fernández-Latorre, difunde uno de sus periódicos sermones, esta vez titulado “Al borde de la  insumisión”. Su descaro es proverbial. ¿O es ingenuidad?, ¿acaso simplismo con elevadas dosis de egoísmo.
Sea lo que fuere, entre otras ocurrencias, firma los siguientes párrafos (entrecomillados y en cursiva):

“Como suele pasar cuando sobrevienen cataclismos como el que estamos viviendo, el triunfador de las elecciones tiene que olvidar sus buenos deseos, retorcer sus promesas e incluso negarlas para hacer lo contrario de lo que propuso”
El editor de La Voz justifica que el Gobierno de Rajoy haga todo lo contrario de lo que ofreció durante la campaña electoral, ¿todo vale, también engañar a los electores para llegar al poder? Es más, La Voz contribuyó decisivamente al engaño...

“Un buen gobernante tiene la obligación de buscar alternativas con una sola finalidad: preservar al máximo los derechos, la forma de vida y las sanas expectativas de sus ciudadanos. Los políticos están para resolver problemas; no para agrandarlos”
Por cierto, un buen empresario está obligado a buscar alternativas para preservar los derechos de los trabajadores (por ejemplo, no despedir a miembros del comité de empresa) y los puestos de trabajo, porque los empresarios socialmente responsables están para resolver problemas, no para agrandarlos, que es lo que usted está haciendo desde hace varios años

“De ningún modo puede compartirse que tengan que afrontar semejante factura tres o cuatro generaciones de españoles, mientras se regodean en sus poltronas los verdaderos causantes de la bancarrota del sistema financiero y del despilfarro”
Aplíquese el cuento, señor Rey: No está justificado que La Voz de Galicia SA acuse tan graves problemas económicos y pierda calidad informativa y que, paradójicamente, los responsables del declive de La Voz sigan en sus puestos; por ejemplo y por orden alfabético de los apellidos: Carlos Agulló, Lois Blanco, Tomás García Morán, Fernando Hidalgo, Manuel Mantilla, Santiago Pérez, Severino Santirso, Sofía Vázquez, María Velázquez y Xosé Luis Vilela...

“Basta poner el ejemplo de la gestión de Bankia, contemplar el desahucio de una familia en paro o asistir a una manifestación de los pequeños ahorradores atrapados con trampa en las preferentes, para preguntarse por qué los que originaron este enorme daño a la sociedad se escabullen sin dar cuentas”.
¿Y por qué ha defendido usted, señor Rey, a capa y espada al director general de Caixa Galicia, José Luis Méndez, que administró la entidad benéfico-social mirándose el ombligo, perjudicando al conjunto de la sociedad y arruinando la caja?...

“Del mismo modo, mucho antes de blandir el bisturí -como hace ahora este Gobierno, y antes el de infausto recuerdo-, habría que haber analizado con rigor dónde están las vías de fuga que vuelven insostenible el gasto público”
Señor Rey, es chocante que usted aconseje lo que no ha hecho e incluso se niega a hacer en La Voz, empresa en la que cuatro listos sacan tajada a costa de despedir a quienes les molestan o les interesa...

“Si de verdad se quisiera ver, no llevaría mucho tiempo constatar que la dilapidación tiene su origen en la exagerada hipertrofia de las estructuras políticas”. Y otro tanto ocurre en La Voz porque usted no se entera o no se quiere enterar, se conforma con cobrar, vivir como un rajá y enviar o invertir dinero en el extranjero (concretamente, a Panamá, por ejemplo).
Usted, señor Rey, parece estar convencido de que el resto de la humanidad es imbécil y no se entera de nada...

“Retira la paga extra de Navidad a los empleados públicos, quizá el sector más injustamente tratado por este Gobierno y el anterior”
Y usted, señor Rey, propuso a los trabajadores reducirse el salario un 3%, ¡hace ya más de dos años y medio!, pero usted permite que los magníficos de su reino de taifas sigan cobrando más de 200.000 euros brutos al año, despreciando a los que sí trabajan y a los que dieron y dan prestigio y credibilidad al periódico, ¡a estos los arrincona o los despide!…

“Tamaño ataque a la línea de flotación de la clase media no se arregla de ningún modo. Ni siquiera incluyendo en el paquete otras medidas menos insensatas, como rebajar el número de concejales o recortar las subvenciones a partidos y sindicatos en vez de eliminarlas”. ¡Que eliminen también las subvenciones a medios como los del Grupo Voz!, que sólo en en el 2011 recibió más de un millón de euros. ¡Que fácil es hablar por hablar!…

“Cada vez está más presente entre gente buena y civilizada la idea de que los políticos que les piden el voto terminan traicionándolos. Por eso crece el sentimiento de insumisión”
Cada día también aumentan las pruebas y se extiende la convicción de que periódicos como la voz de Rey Fernánez-Latorre cuentan cada vez más mentiras y, para colmo, publican lecciones de hipocresía como la que firma el editor, que aconseja a los demás lo contrario de lo que él hace...

“Cada vez somos más los que nos sentimos insumisos políticos. Mejor les sería [a los gobernantes] revocar urgentemente estas aberraciones. O si no pueden o no quieren, irse ya a descansar a casa”.
Señor Rey, aplíquese el cuento: ¡jubílese y deje que alguien más sensato que usted pilote La Voz de Galicia SA!. Su senil infantilismo y el clan de incompetentes que le bailan el agua están destruyendo la empresa y decenas de puestos de trabajo.
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NOTA: El colmo del ridículo: "Visita institucional de La Voz al arsenal de Ferrol y a Navantia" y "Visita institucional de La Voz al complejo de Alcoa en A Mariña".
Los directivos que "miman" a Santiago Rey Fernández-Latorre a cambio de cobrar salarios que son injustificables a la vista de como funciona la empresa, han organizado otra campaña para alimentar el ego del editor, al que pasean en visitas institucionales (¿?) para garantizar que siga creyéndose que todo el monte es orégano y, obnubilado, mantenga en sus puestos a quienes desprestigian y arruinan el periódico. En resumen, otro sainete ajeno a los intereses de la propia empresa y de los trabajadores.