14/5/12

La derechización de La Voz no figura entre las principales causas de la caída de las ventas

Con motivo de que el e-periódico Galicia Confidencial (GC) se haya hecho eco de la puesta en marcha de ExVoz, queremos subrayar que un buen número de los comentarios remitidos a GC con relación a esa noticia se refieren a lo que generalmente es descrito como "deriva derechista" de La Voz de Galicia.
Sin embargo, los más importantes problemas económicos e incluso la caída de las ventas no tienen origen en esa derechización, aunque sí ha contribuido a que el periódico pierda clientes, pero esa perdida de ventas por motivos políticos es económicamente de menor cuantía (la mayoría de los gallegos, al margen de puntos de vista y dejando de lado de ilusiones, son conservadores, políticamente "cómodos" o simplemente no les interesa la actividad política).
La caída de ventas de La Voz se debe a causas variadas y la tendencia a barrer para la derecha no es la más relevante.
La razón de ser y el objetivo de ExVoz no es entrar en análisis político-partidarios, ¡aunque todo es política y a todos afecta!, también a quienes afirman estar al margen de ella.
Dejando constancia de que entre los colaboradores de ExVoz hay matices al respecto, La Voz no es ni nunca ha sido un medio caracterizado por tener una línea editorial política ni por defender una ideología concreta, salvo durante su primera etapa, cuando su fundador se identificó sin ambigüedades con el liberalismo de finales del XIX (el neoliberalismo y el ultraliberalismo actuales son otra cosa). En este punto cabe recordar que, no obstante, durante el tardofranquismo La Voz mereció varias sanciones gubernativas (dos de ellas impuestas por Fraga Iribarne).
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Juan Ramón Díaz
Juan Ramón Díaz, la expansión
Tras la muerte del dictador y durante la transición, La Voz apostó por un régimen parlamentario a la europea e incluso se alineó ocasionalmente con la socialdemocracia (la muy singular de Francisco Vázquez, político de posiciones centristas, católico y furibundo antigalleguista, que de socialdemócrata tiene lo que nosotros de obispos o de especialistas en Física nuclear).
Durante los años ochenta y gran parte de los noventa, siempre en líneas generales y sin entrar en detalles, Santiago Rey Fernández-Latorre asumió sus limitaciones en cuanto a conocimientos periodísticos y sociológicos y cedió casi todas las decisiones informativas y estratégicas al director, Juan Ramón Díaz. Fue la etapa de mayor expansión del periódico y, al mismo tiempo, fue cuando el diario gozó de mayor credibilidad.
El escenario interno de La Voz mudó radicalmente al acceder al poder del periódico los hijos del  empresario, que por motivos que exigirían larga explicación (además de que hay teorías para casi todos los gustos) rompieron con "lo viejo" con la evidente intención, aunque nunca valorada en su justa medida, de romper con todo lo que tuviera que ver con su padre.
Y casi todo les salió del revés.
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Bieito Rubido
Rubido-Vilela, el deterioro
Al margen de los cambios superestructurales y de las osadas inversiones realizadas por los hijos de Rey Fernandez-Latorre (el fiasco de Diario16, por cierto, se debió en gran medida a la falta de pericia del actual alcalde de A Coruña, Carlos Negreira, a la sazón máximo responsable de la sociedad anónima), el carácter plural de la Redacción siguió reflejándose en las páginas del periódico.
El sustituto de Juan Ramón Díaz, José Luis Gómez, singularidades aparte, mantuvo el pulso informativo y la pluralidad, que es fundamental para un periódico. Y su sucesor, Ernesto Sánchez Pombo (probablemente el más capacitado y adecuado para repetir el sólido estilo de Juan Ramón Díaz), racionalizó esa apertura y aportó sosiego.
Pero por razones desconocidas (en este punto también hay teorías para todos los gustos), Sánchez Pombo fue relevado por Benito Bieito Rubido Ramonde (periodista de raza, pero claramente escorado a favor de la derecha política y con intereses empresariales que condicionaban su gestión), abriéndose con él una etapa en la que las relaciones personales, las banderías y las ambiciones de unos cuantos periodistas y cuatro codiciosos de la la administración (con Santiago Pérez y Severino Santirso al frente) propiciaron la formación de "el grupito" que hoy controla La Voz.
Así las cosas, al trauma que supuso la ruptura de Rey Fernández-Latorre con sus hijos y al fracaso y costes (más humanos que económicos) del proyecto de Diario16, se sumaron las hipotecas comerciales y partidistas de Rubido.
Luego, a causa de la desconfianza que las mañas de Rubido generaron en el empresario, este fue cesado y el presidente (cada vez más desconfiado) aupó a la dirección a un "funcionario", Xosé Luis Vilela Conde, un don nadie periodísticamente hablando que a efectos prácticos es tan derechista o más que Rubido debido a su absoluta falta de voluntad (rayana con el nihilismo), y porque sus criterios como director se resumen en uno: mantener el cargo, la nómina y obedecer... ¿A quién? A todos aquellos de los que dependa su posición.
Además, Vilela (en parte forzado por la debilidad económica de la empresa) ha cedido todo el poder a los rectores financieros, administrativos y comerciales de la sociedad.
Roberto Blanco Valdés
Ese deterioro político, siempre en favor de la derecha (por convicción o por comodidad), se ha acelerado con la entrada en el patronato de la Fundación Santiago Rey Fernánez-Latorre de personalidades como el catedrático de Derecho Constitucional Roberto Blanco Valdés, que pese a no ser ideológicamente un derechista ha favorecido esta tendencia debido a la personal inquina que profesa al PSOE (partido al que estuvo vinculado y con el que rompió por motivos de larga explicación que no vienen al caso).
Además de esa animadversión, que es de origen personal, Blanco Valdés defiende un concepto de patriotismo que conlleva la defensa del nacionalismo español político, lo que en gran medida se debe a su beligerancia contra los nacionalismos gallego, catalán y vasco. A fecha de hoy, Blanco Valdés es el patrono de la Fundación Fernández Latorre que más influye en las decisiones "ideológicas" del propietario del periódico.
De periodistas a escribidores
En 1993, siendo director Juan Ramón Díaz, se constituyó el Comité de Redacción, de carácter solo consultivo para que velara por la aplicación de una serie de principios deontológicos, lo que fue útil para guardar ciertos equilibrios. Ese comité fue poco a poco relegado, "esnaquizado" por Rubido y definitivamente enterrado por Vilela.
Analizar la deriva derechista de La Voz durante el último decenio (aprox.) y extraer conclusiones prácticas para mejorar la marcha del periódico es un asunto complejo que, por otro lado, escapa a la capacidad de ExVoz. No obstante, merece reflexionar sobre ello y sobre la estrecha relación entre el derechismo informativo y la creciente comodidad o desidia de los profesionales (¿será porque el poder ha adocenado a unos y el miedo a perder el empleo ha paralizado a los otros?).
Esas dos derivas (la derechista y la profesional) son ciertas, hay abundantes pruebas y han influido en cierta medida en la caída de las ventas, pero sobre todo minan la credibilidad de La Voz.
A pesar de todo, el deterioro de la situación económica de la empresa se debe a la pérdida de anunciantes (a consecuencia de la crisis económica), a la ineficiencia en la gestión y a las inversiones sin retorno (por ejemplo, VTelevisión), más que a la caída de las ventas.
Sin olvidar tampoco que Radiovoz ha sido paulatinamente abandonada y necesita "muletas", que la nueva rotativa no está amortizada y tardará en estarlo, que la web es un negocio solo potencial y además (desgraciadamente para los trabajadores) su desarrollo está hipotecado porque "el grupito" parece empeñado en que sea el bis de la edición impresa; en definitiva y por lo visto hasta ahora, "el grupito" apuesta por convertir la web en un portal de entretenimiento y comercial (con ofertas de escaso atractivo y calidad)... ¡Como si en Internet no hubiera portales de ocio aderezados con "noticias"!
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ENLACE: "Bieito Rubido: Los otros negocios del director de ABC", en PRNoticias.