31/5/12

El Argumentárium de La Voz de Galicia, o como dorar una bosta

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Viñeta de J·R·Mora
En uno de nuestros anteriores textos ("El grupito que controla el periódico actúa cual Partido Único de La Voz") informábamos de que la empresa aplica el sistema del argumentario, que consiste, básicamente, en un listado de criterios que guía las decisiones, las acciones y las reacciones de "el grupito" ante cualquier acontecimiento.
El argumentario también prevé lo que deben decir los portavoces y aliados de la empresa, desde el director general hasta los "colaboradores necesarios" (chivatos y propaladores de infundios, globos sonda e informaciones interesadas).
El sistema del argumentario no sólo sirve para que los miembros de "el grupito" eviten contradecirse, sino que además les permite reaccionar de forma coordinada ante las iniciativas de los trabajadores y, entre otras cosas, acrecentar o suavizar la presión y mantener a los trabajadores (sobre todo a los periodistas) en un estado que se caracteriza por la confusión, la duda y la desconfianza, al tiempo que mantiene la esperanza individual de cada trabajador en no perder el empleo. Es decir, "el grupito" alimenta la parálisis de los trabajadores ante la oleada de bajas.
El sistema del argumentario también sirve para actuar de forma adecuada cada vez que se notifican bajas, pues uno de los asuntos que más preocupan a "el grupito" es que el desánimo sea excesivo o que los trabajadores lleven a cabo acciones imprevistas y al margen del comité.
La mayoría de esos criterios, además de los que intercambian entre si los directivos en comunicaciones restringidas, figuran en un texto de cuatro folios titulado Argumentárium de La Voz de Galicia SA.
A modo de avance (esperamos disponer de más detalles), hay un punto del Argumentárium que ya conocemos (datado en el verano del 2011 y actualizado periódicamente) que llama la atención porque está basado en una mentira rotunda y que, para colmo, versa sobre las cuentas de las empresas del grupo, que es la justificación que hasta el pasado 31 de diciembre utilizaba la empresa para propiciar prejubilaciones o "bajas incentivadas" (sin amenaza oficial de despido). Estde año, al haber entrado en vigor el nuevo convenio, ,la empresa ya ofrece la "baja incentivada" so pena de ir a juicio alegando que se trata de una "despido objetivo" debido a motivos económicos.
Durante los últimos meses del 2011 y a fin de presionar para que se firmara el nuevo convenio, "el grupito" difundió datos interesados al afirmar que tras los beneficios obtenidos en los ejercicios del 2006, 2007, 2008 y 2009 (10,15; 9,06; 2,84 y 0,70 millones de euros, respectivamente), el 2010 se cerró con unas pérdidas de 0,22 millones y que en el 2011 el resultado negativo superaría los 2,2 millones de euros.
VTelevisión, agujero negro
Sin embargo, el balance provisional de las cuentas de explotación a 31 de julio del 2011 informaba de que el periódico solo acusaba pérdidas por valor de poco más de 200.000 euros; que Canal Voz (la web) arrojaba un saldo provisional positivo (diminuto, pero positivo: 10.882 euros); que Sondaxe sólo perdía 7.300 euros; que Voz Audiovisual daba un beneficio provisional de 47.495 euros; que Radiovoz perdía poco más de 20.000 euros; y que durante los siete primeros meses del 2011 el capricho V Televisión sumaba pérdidas por valor de 372.295 euros.
El mismo informe provisional advertía de que al cierre del 2011 la TDT acumularía 3,2 millones de euros en números rojos.
De entrada, la previsión de pérdidas para el ejercicio del 2011 (2,2 millones) es de difícil explicación y en todo caso se podría deber a que imputarían a La Voz el déficit del capricho televisivo, amén de la amortización de la deuda contraída al comprar la nueva rotativa y, esto es fundamental, el pago de las indemnizaciones por "bajas incentivadas" y por prejubilaciones pactadas.
Sin embargo, los portavoces de la empresa insistían en las elevadísimas pérdidas que acusaba el periódico silenciando las de la TDT y las del plan de reducción de plantilla.
Nadie duda de que el periódico debe ajustar costes, pero eso no justifica las más de 75 bajas ya ejecutadas (por cierto, 75 eran las bajas pactadas en su día, cifra ya superada y que seguirá aumentando).
El "truco" de comprar una rotativa
Todo ello sin tener en cuenta que la amortización de la deuda contraída para comprar la nueva rotativa ha sido imputada prácticamente al 100%, al menos hasta el 2011, en las cuentas de La Voz de Galicia SA a pesar de que esa rotativa forma parte del patrimonio de otra empresa del grupo: Galicia Editorial SA (Gaesa), creada precisamente para externalizar (desgajar) parte del proceso de producción del periódico y, sobre todo, para recortar sus gastos laborales. Es decir, a la postre lo único que se pretendía y se hizo con esa externalización fue privar al periódico de un bien para imputarle una carga financiera (el pago de la rotativa), al tiempo que se creaba una fuente de ingresos limpia de polvo y paja.
Además, "el grupito" se retrata al insistir en que los periódicos impresos están condenados a perder clientes y tirada, pero al mismo tiempo justifica con pasión la multimillonaria inversión e hipoteca que supuso la compra de una rotativa "inteligente" de oneroso mantenimiento pese a que la anterior funcionaba a la perfección y era más que eficiente y suficiente para editar La Voz.
La exposición que aquí hacemos es la propia de un blog: sencilla y creemos que didáctica. Para analizar el asunto con profundidad habría que entrar en detalles que, en todo caso, avalan que la empresa toma el pelo a sus trabajadores. Eso sí, todo es legal, pero éticamente asqueroso y perjudicial para quienes generan la riqueza: los trabajadores.
"Eche o que hai".
Que cada cual extraiga sus propias conclusiones.