7/3/13

Ofensiva de Blanco y Pérez para crear un frente contra el comité intercentros de La Voz

Viñeta capturada aquí
Durante las últimas jornadas, tres miembros de "el grupito" que controla y arruina La Voz, el director general Lois Blanco, el gerente Santiago Pérez y el financiero Roberto Diz han protagonizado una serie de encuentros con trabajadores de distintos departamentos del periódico, así como con varios miembros del comité de los trabajadores.
El objetivo es ganar adeptos para plantar cara al comité intercentros (o generar divisiones y dudas en su seno), pues el órgano de representación de los trabajadores no solo rechaza la supresión de dos pagas extras como pretende la dirección, sino que tampoco está dispuesto a negociar nuevos recortes sin garantías por escrito de que no habrá más despidos, pues con anterioridad "el grupito" ya ha roto varios compromisos.
El comité cuenta con el respaldo de la mayoría de los trabajadores, como demostró la asamblea del pasado día 24 de febrero, pero los directivos alimentan la esperanza de crear un frente anti-comité o, alternativamente, abrir brecha en la unidad sindical.
En las reuniones ya celebradas quien más habla es el director general, en tanto que Pérez y Diz mantienen una actitud menos "combativa", ¿un policía malo y dos buenos?....
En todos los encuentros Blanco ejerce la voz cantante para recitar un rosario de datos que demostrarían que el periódico va de mal en peor, lo que causa sorpresa, pues el ejecutivo número uno de la empresa pone especial empeño en demostrar que La Voz va camino de la quiebra... ¡Pero los directivos son inocentes!
Medias verdades, mentiras y ceguera interesada
Los argumentos de Blanco, Pérez y Diz también llaman la atención porque a estas alturas todos los trabajadores (salvo algunos despistados y otros para quienes todo vale con tal de estar a bien con el jefe de turno...) saben que el periódico no es un pozo negro, los problemas son otros; por ejemplo, VTelevisión o el pago del crédito que permitió adquirir la rotativa, que es propiedad de Gaesa pero con cuya amortización pecha La Voz casi en solitario: ¡Gaesa da beneficios!, lógico...
Por no hablar de las emisoras de radio semiabandonadas ni de la página web que languidece en el paraíso de la máxima audiencia, sin que "el grupito" mueva un dedo para romper esa dinámica.
Blanco también echa mano de la figura del editor, Santiago Rey Fernández-Latorre, se supone que con la esperanza de reavivar el aprecio que numerosos trabajadores sintieron en su día por el propietario debido a su actitud paternalista. Lástima que de aquel editor solo queda el recuerdo y lástima también que en los últimos años "don Santiago" se haya abonado a la prepotencia.
Están convencidos de que hacen las cosas bien
Pero la principal enseñanza de esas reuniones es ajena al editor: "el grupito" es incapaz de hacer una sola autocrítica.
Blanco y compañía están convencidos (o lo hacen ver) de que están haciendo las cosas bien y, al igual que cierto partido político, tienen la desfachatez de afirmar con mayor o menor claridad que hacen lo único que se puede hacer.
Peor todavía, en esas reuniones "el grupito" no ha presentado ninguna propuesta de futuro, ni para la edición en papel ni para la digital.
La práctica totalidad de los trabajadores con los que se han reunido Blanco, Pérez y Diz han guardado silencio, lo que refleja la falta de credibilidad de que adolecen los directivos. Esa creciente lejanía desespera a Blanco, que insiste en pedir opiniones, hace gala de su sonrisa (solo a ratos) y de su aparente disposición al diálogo… Y a los despidos, naturalmente.
A estas alturas, la generalidad de los trabajadores (así lo reflejan todas las informaciones llegadas a ExVoz) desconfían profunda y radicalmente de los gestores de La Voz de Galicia SA y lo que más inquietud genera en la plantilla es, ante todo, la inexistencia de un plan de futuro con concreciones y la incapacidad de "el grupito" para reconocer sus numerosos errores.
Cada vez son más los trabajadores que consideran absurdo establecer ningún tipo de negociación con esos directivos sin garantías. Para redondear, nada se sabe del plan para recoger iniciativas que "el grupito" lanzó el pasado mes de enero.
Mientras "el grupito" se dedica a los fuegos de artificio y a convocar reuniones con la única finalidad cierta de aumentar la nómina de esquiroles o de aliados (que cada día es más reducida), en las delegaciones y en la redacción central los trabajadores se dejan la piel para sacar adelante el diario a pesar de las trabas, las "consignas" y las simplezas informativas que imponen algunos jefecillos, ¡empeñados en ser más papistas que el papa!

5 comentarios:

  1. Anónimo7/3/13

    Las presiones son cada vez más fuertes.

    ResponderEliminar
  2. Anónimo7/3/13

    También organizan contactos más personales y también con Vilela.

    ResponderEliminar
  3. Anónimo8/3/13

    ¿Por qué no os atrevéis a decir quienes son los colaboradores del grupito que está hundiendo el periódico?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Anónimo11/3/13

      Los que trabajamos en La Voz sabemos quienes colaboran con el grupito.

      Eliminar
    2. Anónimo21/3/13

      Pues, por ejemplo, casi todos y todas los/as que tiene derecho a escribir tonterías en las páginas de opinión.

      Eliminar