Ya con anterioridad (aproximadamente, desde 1998) el fabricante de la rotativa que compró La Voz, Man Roland Druckmaschinen AG, sufría problemas de rentabilidad, los dividendos descendían año tras año y llegó a acusar perdidas, de modo que en el 2005 la empresa "reventó" y en enero del 2006 se vio obligada a vender el 65% de sus acciones a Allianz Capital Partners GMBH-Allianz Private Equity, sociedad controlada por el imperio financiero Allianz AG.
Pero en su día, los directivos de La Voz habían obviado todos los detalles y cerraron la compra (en este empecinamiento jugó un papel destacado Severino Santirso).
En resumen, el nuevo accionista mayoritario (Allianz Capital Partners) finiquitó las herencias no deseadas de Man Roland Druckmaschinen AG, sociedad que estaba muerta a todos los efectos y que en el 2008 incluso cambió de nombre y desde entonces su denominación es Manroland AG.
En el 2009, entonces también en parte a causa de los efectos de la crisis financiera que derivó en recesión (de cuyos efectos Alemania no se ha librado por mucho que Angela Merkel y los loro-informadores digan lo contrario), Manroland AG sufrió el colapso casi total de sus ventas y los gestores se volcaron en la búsqueda de alternativas, para lo que, además de otras iniciativas, pusieron en marcha un riguroso programa de I+D+i en la que es su especialidad: la impresión, pero en toda, también más allá del papel.
La "agonía" de la prensa obligó a refundar Manroland
Fruto de ese esfuerzo, por poner solo dos ejemplos, en el 2010 Manroland AG empezó a comercializar sistemas de impresión para variados soportes, también por inyección de tinta y, en paralelo, diseñó una nueva rotativa, la Lithoman, de la que (según las informaciones recabadas) a finales del 2011 ya había vendido tres unidades.
Además, el año pasado la compañía amplió sus ofertas y redobló esfuerzos para abrir mercados (sobre todo en Asia y Latinoamérica), e incluso puso en marcha un departamento que ofrece servicios técnicos y proporciona mano de obra altamente cualificada, pues cada vez son más las empresas que recurren al "outsourcing" (externalización, subcontratación o terciarización, como cada cual prefiera traducir esa palabra inglesa; conceptos todos ellos de los que saben mucho los trabajadores de Gaesa, empresa del Grupo Voz, y que de un tiempo acá La Voz pretende generalizar, como es el caso del departamento de aplicaciones).
Sin embargo, Manroland AG, que desde enero del 2006 no es la misma persona jurídica que vendió la rotativa a La Voz (que a su vez la "revendió" al crear la empresa Gaesa, desgajando así la actividad de imprenta de la de elaborar el periódico), sigue acusando problemas y desde enero pasado, además de reducir costes y rechazar compromisos heredados que no tiene porque asumir, busca inversores para ampliar capital con el objetivo de garantizar su viabilidad económica y mantener el plan de I+D+i, pues los productos ya diseñados y los que proyecta gozan de alta credibilidad y demanda potencial comprobada.
Pero en mayor o menor grado, la crisis financiera no perdona a ningún país y el crédito también flaquea en Alemania.
Con relación a los más recientes avatares de Manroland AG vale la pena leer "Manroland draws interest from potential investors".
Hay más detalles acerca de la rotativa de La Voz, pero no está bien ridiculizar en exceso a quienes comenten errores, máxime cuando hacen tantos y tantos esfuerzos para ocultarlos. Esfuerzos que, aunque criticables, merecen "respeto"...
-----
NOTA: Los periodistas saben cómo y dónde buscar información y a poco que se esfuerzan también saben interpretar los datos, contextualizarlos y extraer conclusiones.
Si a la información conseguida se añaden los detalles complementarios que siempre acompañan a lo sustancial, al final del proceso siempre se consigue tener una visión más exacta de lo que ocurre y descartar las falsedades.
Ese fue el caso, por poner un ejemplo, del complejo "itinerario" que recorrió la pieza adquirida por la empresa propietaria de una rotativa Manroland que por ir a lo más rápido y más barato compró el producto a un fabricante de réplicas, pero vio retenida su adquisición en Aduanas porque el poseedor de la patente denunció el ardid...
Los periodistas extraen conclusiones de todos los datos y estos, salvo que alguien lo impida, constituyen un acicate para rebuscar y obtener más y más información.
Mas claro: Quien indaga acaba conociendo los hechos aunque alguien se empeñe en ocultarlos.
Un par de periodistas bien coordinados pueden llegar a desenmascarar a la más opaca de las instituciones públicas y a todo tipo de entidades por mucho que apliquen la ley del silencio; como es el caso de las sociedades cuyos directivos se enriquecen a costa de la empresa para la que trabajan, cobran comisiones por compras o "venden" falacias para disimular la deslealtad y también la incompetencia.
Ademas, ciudades como A Coruña, con apenas 250.000 habitantes, son sociedades de tamaño todavía manejable y en las que las "casualidades" ponen en contacto a gentes dispares, incluso a personas con profesiones totalmente ajenas; por ejemplo, a periodistas con empresarios, delegados de empresas foráneas y fabricantes y prestadores de todo tipo de servicios.
..
Manifestación de trabajadores de Manroland (en la pancarta: "¿El futuro de Manroland?"), en abril de 2011, poco después de que la empresa anunciara la inminente puesta en práctica del que sería el tercer plan anual de viabilidad y ajustes que se aplicaron para garantizar el futuro de la compañía, que estaba amenazado por el declive de los periódicos impresos Fuente: Augsburger Allgemeine |