Prensa: Si se yerra, corregir y si alguien miente o manipula, también y advertirlo a los lectores

Hay errores y "herrores"...

La inserción en ExVoz de varios post referidos a errores publicados por La Voz de Galicia, tanto en su edición digital como en papel, ha provocado lógicas reacciones en el periódico, tanto entre los trabajadores como entre sus directivos.
Dejando de lado a los segundos, opinamos que los periodistas que se hayan podido dar por aludidos deberían tener en cuenta lo siguiente:
1º. Tenemos muy claro que prácticamente todos los errores y manipulaciones son fruto de las instrucciones de la superioridad, de la inadecuada organización de la redacción y de aplicar el criterio de llenar con lo que sea porque hay hechos "impublicables" y asuntos que "no se pueden tratar",
2º. Equivocarse no es en ningún caso condenable, salvo si se reitera el mismo error cada vez que se habla o escribe del mismo hecho o asunto. (Por descontado, nunca es justificable la manipulación ni la mentira, pero esto no entra en el capítulo de los errores), y
3º. Hay dos aspectos fundamentales para la credibilidad de un medio: de entrada, no manipular ni difundir hechos o datos insuficientemente contrastados ni mentiras y, segundo, si se incurre en el error conviene reconocerlo y pedir disculpas a los clientes, lectores y anunciantes.
Paper Papers: Reflexión oportuna
En nuestra opinión, vale la pena leer un texto publicado el pasado día 3 de febrero en el blog Paper Papers, que reproduce una reflexión hecha al hilo del error que cometió recientemente El País al publicar una falsa foto de Hugo Chávez:
«Recuerdo que una vez, hace ya mucho tiempo, un grupo de periodistas escribió (escribimos, que yo también la firmé) una carta al diario La Nación de Buenos Aires. Celebrábamos la inauguración de la sección de equivocaciones del diario. En esos días el viejo diario de Mitre (ya tiene 143 años) había decidido dar fe de sus errores en una pequeña sección de la página editorial: pequeña, claro, si los errores son pocos.
«Suponía entonces La Nación que podía cometer errores, es decir que después de más de 100 años se habían apeado de la infalibilidad pontificia que había regido su relación con los lectores y sobre todo con los protagonistas de sus historias. Se decía de La Nación lo que de otros periódicos de su género: si el diario dice que usted se murió cuando usted sigue vivo, solo hay un modo de arreglarlo: informar de la "resurrección".
«Decíamos en esa carta que rectificar los errores es de sabios y que lejos de disminuir su credibilidad, cuando el periodismo acepta que lo cometió y se corrige, la mejora decididamente. Y la credibilidad, amigo lector, es el capital más valioso que tiene cualquier medio de comunicación o cualquier periodista que se dedica a este maravilloso negocio de mejorar el mundo con la verdad. Pero ya se ve que a los seres humanos nos cuesta mucho aceptar que cometemos errores».
Aconsejamos la lectura del texto íntegro de Paper Papers: «No se puede hacer periodismo sin periodistas».
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COMUNICADO: Agradecemos las críticas que nos han hecho llegar cinco lectores de ExVoz (tres de ellos identificados y miembros de plantilla del Grupo Voz), y asumiendo gran parte de lo que aducen hemos eliminado dos post que aludían a errores de la edición digital de La Voz porque, en efecto, podían interpretarse como una crítica genérica contra los trabajadores de esa sección, pues se trataba de errores formales, no de fondo. De modo que para dejar claro que no tenemos intención de perjudicar a los que ya están perjudicados, hemos suprimido ambos textos.
También hemos eliminado un post referido a la crónica de la sesión plenaria del Parlamento de Galicia celebrada el pasado martes de Carnaval porque se prestaba a personalizar, cosa que tampoco pretendemos.