Según datos de la propia patronal del sector, la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE), sólo durante los últimos doce meses los periódicos españoles han reducido sus compras de papel una media del 18%, según revela una comparativa entre datos de consumo correspondientes al primer trimestre de este año con los del mismo período del 2012.
Esa y otras medidas permiten que tras el fuerte encarecimiento del precio del periódico que se produjo con motivo de la instauración del euro, en los últimos años el precio del ejemplar (por lo general, 1,30 euros) haya registrado alzas de menor cuantía pese a las crecientes dificultades económicas que atraviesan los editores.
Pero la prensa no sólo reduce gastos consumiendo menos papel, también son cada vez más las empresas que han optado por comprar papel más barato, de menor calidad y gramaje; no obstante, hay varios casos en los que la firma editora ha recurrido a esta medida para no reducir páginas.
Entre los periódicos de mayor difusión (ventas + suscripciones) que más han recortado el gasto en papel destacan los del Grupo Vocento, en especial ABC.
Tal como figura en el cuadro adjunto, la empresa editora de La Voz de Galicia ocupa lugar destacado entre las compañías que más han recortado las páginas del diario y sus suplementos.
¿Y al final hace falta hacer un estudio para esto?. Mi abuela, una anciana de 88 años dejó de comprar La Voz,por una razón muy simple, es caro, cada vez tiene menos hojas y no dice más que tonterías. La gente no es tonta
ResponderEliminarEste post no refleja ningún estudio, solo simples datos.
EliminarPero ese detalle de su comentario no es el que motiva la siguiente puntualización, sino que considere (usted o su abuela) que los periódicos son caros.
Si nos atenemos a la capacidad adquisitiva media, para un sector de la sociedad los diarios podrían ser calificados de caros; pero esa es una verdad relativa y cuestionable, máxime porque es un tanto absurdo establecer comparaciones entre los precios de ciertos productos (no todos) con la ridícula cuantía de los salarios que por lo general abonan los empresarios españoles. No olvidemos que España es uno de los países de Europa cuyas empresas basan la competitividad casi exclusivamente en pagar salarios de "mierda", con perdón; pero las materias primas, por ejemplo los carburantes y en el caso de la prensa también el papel, hay que pagarlos a precios "euro-peos".
Atendiendo solo a costes (que sería imposible resumir aquí), los periódicos en general, no nos referimos solo a La Voz, son más bien baratos.
Cosa distinta es la observación que hace (usted o su abuela) sobre la cantidad (páginas) y la calidad (contenidos).
Pero caros, los periódicos no son caros, mucho menos en un país en el que se dilapidan posibles ingresos aplicando las accisas al alcohol y al tabaco más baratas de Europa y, en cambio, se gravan con tipos de IVA injustificables la información, los productos culturales, los pañales para bebés y otros productos de primera necesidad o que merecen esa consideración por motivos culturales y de salud democrática.
Caro es un producto que no cumple las expectativas en relación calidad-precio. La bajada de calidad en la Voz de Galicia ha sido considerable, no se parece en nada al periódico de hace (y no digo más 6 o 7 años), sin embargo la subida del precio ha sido directamente proporcional a la bajada de calidad. Esto da como resultado un producto caro. Por obvio no me parecía necesario este comentario. La alusión que hace al IVA, etc, me parece un poco desafortunada teniendo en cuenta la línea de este blog.
ResponderEliminarAhora me va a pretender hacer creer que la cúpula de La Voz trabaja gratis y que el sr. Santiago Rey se hizo rico con la lotería. Teniendo en cuenta las subvenciones (de mis impuestos) que recibe el periódico, éste debería de ser gratis.
En el texto anterior precisamos, exactamente: "no nos referimos solo a La Voz", ni tampoco a su propietario. Se trata de una reflexión general sobre el precio de los periódicos y los "extraños" criterios del IVA en España.
EliminarReflexión que mantenemos tal cual.
(A nosotros no nos parece "desafortunado" nada de lo que usted dice, sencillamente no estamos de acuerdo y, por descontado, no descalificamos su opinión, que nos parece respetable).