 |
| Enríquez, consejero delegado de Vocento |
El encuentro se celebró en la sede de la fundación que preside el empresario coruñés, en el recinto del complejo del Grupo Voz, en el polígono de Sabón (Arteixo).
En paralelo, esos dos informantes y otros tres profesionales consultados al respecto (uno de estos también trabajador de La Voz, y no es precisamente un peón) han añadido que se baraja la posibilidad de que el propietario del periódico estudie, o incluso ya haya llegado a un acuerdo de principio, para poner precio al rotativo y venderlo a Vocento, si bien la compra-venta de las acciones no se ejecutaría oficialmente hasta que Santiago Rey decidiera jubilarse, o si falleciera.
En caso de jubilarse y ser ejecutada la venta, Santiago Rey seguiría vinculado al periódico como presidente honorario. Siempre según fuentes de La Voz y de profesionales relacionados con ella, en caso de fallecimiento la viuda conservaría un porcentaje (aunque reducido) de las acciones a modo de herencia; sin olvidar que en cualquiera de los casos los dos hijos de Santiago Rey tendrían derecho a la legítima, que supondría hasta un 25% de los bienes del fallecido (acciones de La Voz incluidas), salvo que antes padre e hijos alcanzaran un acuerdo para zanjar esos derechos abonando el primero una cantidad a los segundos.
Fuentes próximas a Santiago y Emilio Rey Berguer nos han confirmado que ninguno de los dos ha recibido comunicación, ni siquiera informal, de que su padre haya decidido ejecutar una compra-venta de acciones de La Voz de Galicia SA.
Teniendo en cuenta que en base a los derechos de los hijos el propietario de La Voz está obligado a comunicarles una enajenación de ese tipo, es obligado concluir que la compra-venta solo es una hipótesis (si bien podría haber sido diseñada e incluso sellada, pero aplazada la ejecución).
Y si don Santiago no vende, ¿a qué se debe el viaje de Luis Enríquez a la ciudad coruñesa?, ¿simple cortesía?, ¿acercamiento táctico?, ¿para qué?...
