Carta abierta de un despedido de La Voz de Galicia

El comité intercentros de La Voz "de luto", en una reciente reunión. Imagen obtenida en @comitevoz

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"Hay que pasar página"...
Estas cuatro palabras están en boca de casi todos los directivos de Caixa Galicia y Caixanova que conservan la nómina en NCG Banco.
"Hay que pasar página"...
Son las cuatro palabras que todavía hoy invocan algunos exdirectivos de Fadesa que lograron recolocarse en Martinsa, en InverAvante o en alguno de los negocios que ha puesto en marcha el ex propietario de la constructora.
"Hay que pasar página"...
Son las cuatro palabras cuya pronunciación ensayan desde hace unas semanas, días u horas los propietarios y directivos de Darty, Pórtico, Pescanova, etcétera y etcétera…
"Hay que pasar página"...
Son también las cuatro palabras con las que los sinvergüenzas o los ingenuos tratan de apaciguar la angustia y la rabia del trabajador despedido que de la noche a la mañana, como quien sufre un accidente de tráfico o cardiovascular, se queda sin sustento.
"Hay que pasar página"...
Estas son cuatro de las palabras que más utilizan los miembros del grupito que arruina La Voz, amén de algunos de los que conservan el empleo y las enuncian sin pensar, como si aquí y ahora, en esta Galicia que se descompone desde hace años, los parados pudieran encontrar empleo con facilidad para seguir viviendo y que sus familias vivan.
"Hay que pasar página"...
Estas cuatro palabras visten la idea con la que los sinvergüenzas apaciguan a quienes conservan el empleo en La Voz o en otras empresas mal gestionadas o gestionadas con mala fe, porque numerosos trabajadores necesitan creer que es posible pasar página, necesitan creer que la sangría de empleos ha concluido o que, en todo caso, si pierden el suyo podrán pasar página fácilmente.
"Hay que pasar página"...
Estas cuatro palabras constituyen una de las más sangrientas formas de terrorismo intelectual. Aquí y ahora, en esta Galicia que ya se descomponía antes de que estallara la crisis financiera, esas cuatro palabras hilan un insulto a la inteligencia y, peor aún, quienes las enuncian están, queriendo o sin querer, burlándose de quienes han perdido el empleo y de quienes lo perderán.
"Hay que pasar página"...
Y la burla es doble cuando el empleo se pierde porque un grupito de listos bien pagados bailan el agua a un propietario convencido de que hace un favor a los trabajadores, como si él no tuviera nada que ver con la empresa, como si la fortuna que heredó y el dinero que ingresa fueran un maná divino caído del cielo.
"Hay que pasar página"...
Estas serán las últimas cuatro palabras que probablemente tu, sí tu, oirás en boca de quien ahora te dice "era inevitable, pero tu tranquilo…"
"Hay que pasar página"...
¡No! Nadie debe pasar página, tampoco quienes conservan el empleo.
"Hay que pasar página"...
Si pasas esa página es porque te importan una mierda quienes ya han perdido el empleo y porque te importa una mierda la gente a la que, quieras o no, perteneces: la que trabaja, que es la que hace posible que casi todo sea posible.
"Hay que pasar página"...
Si pasas esa página es porque cierras los ojos y te niegas a reconocer que existe la posibilidad real de que tu empleo también se esfume y, peor todavía, porque incluso te niegas a reconocer lo que ya sabes: que al paso de unas semanas trabajarás por un 10, un 20, un 30 o un 50% menos de salario.
"Hay que pasar página"...
Estas cuatro palabras solo están en boca de los sinvergüenzas y de los ingenuos.
Quien tiene amor propio, es solidario y pisa tierra no dice estupideces cuando del pan se trata.
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ENLACE a información de la cuarta reunión directivos-comité intercentros para tratar la decisión de la empresa de revocar el convenio colectivo, en el blog Comité La Voz de Galicia.