A empresa intentou impoñer os seus criterios ao marxe
do convenio e rexeitou a intervención dun mediador
..Xa hai data: O vindeiro 28 de febreiro a Audiencia Nacional será o escenario do último intento de evitar a celebración do xuízo derivado da demanda de conflito colectivo que o comité intercentros de La Voz de Galicia SA interpuxo como resposta a decisión unilateral da empresa de variar o cómputo do descanso compensatorio polos días festivos traballados.
O comité intercentros intentou chegar a un acordo a través da comisión paritaria do convenio, pero a actitude da empresa o impediu.
Nembargantes, coa finalidade de acadar un acordo o comité intercentros fixo un esforzo e recurriu á Axencia Galega de Arbitraxe para que nomeara un mediador. Pero a empresa optou polo enfrontamento e tamén pechou este camiño ao rexeitar a conciliación os seus representantes.
A única vía, pois, que La Voz de Galicia SA deixou ao comité dos traballadores para defender o pactado no convenio colectivo foi acudir á Xustiza.
O 28 de febreiro, as 9:20 horas, están citadas as partes ao último intento de conciliación na Sala do Social da Audiencia Nacional.
No caso de que o acordo sexa imposible, está previsto celebrar o xuízo inmediatamente despois, ás 10:30 horas.
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NOTA: A Audiciencia Nacional accediu á petición da parte empresarial de posponer a comparecencia. A nova data é o 19 de marzo.
Carallo! Os directivos da Voz son un bo exemplo da politica laboral do PP, o enfrontamento direto contra os traballadores.
ResponderEliminarNo entiendo a la empresa de la Voz. Me parece increíble que se haya negado a llegar a un acuerdo y provoque el enfrentamiento con sus trabajadores. Veo que los que pusieron este blog para contar lo que pasa tenían razón, estamos hablando de un periódico que se supone que es una empresa menos salvaje de lo normal.
ResponderEliminarEl enfrentamiento frontol es lo que buscan, lo que ocurre es que sus trabajadores aguantan (o aguantaron) mucho más de lo que los del Grupito esperaban. Mientras los trabajadores aguanten ellos van a seguir apretando la tuerca. Lo que quiere el Grupito con el Director General a la cabeza es que los trabajadores salten al ruedo para poder decirle al presidente que la ruína de la empresa es culpa de los desalmados de los trabajadores!
EliminarDudo que Santiago Rey esté enterado de que sus directivos se negaron a negociar, no me pega que esté dispuesto a llevar las cosas hasta esos extremos.
ResponderEliminarEs muy raro que esta empresa prefiera ir a los tribunales en vez de llegar a un acuerdo con el comité. Esta Voz ya no es la que yo conocí.
ResponderEliminarJ. M., jubilado de la Voz.
Si no fuera porque indicáis una fecha oficial y dudo que os arriesguéis a meteros en un lío judicial, eso de que la Voz se negara a llegar a un acuerdo con el comité sería increíble. Los jefes de la Voz perdieron la cabeza.
ResponderEliminarHace tiempo que los Jefes de La Voz hacen exactamente lo contrario de lo que sería lógico. ¿Porqué sino se negaron a negociar con los despedidos que presentaron denuncia? ¿Porqué siguen recurriendo todos los juicios que pierden? Algo está pasando en La Voz, algunos tienen mucho interés en gastar el dinero que deberían pagar a los trabajadores en abogados. Otro Ex
ResponderEliminarNo soy ex, yo estoy dentro y puedo aseguraros que el director general y los que bautizasteis como el grupito están a punto de acabar con la paciencia de muchos. Pero también son muchos los que seguimos confiando en que Santiago Rey acabará dándose cuenta de que el conflicto no para de crecer, aunque esa esperanza es cada vez más pequeña.
EliminarSantiago Rey tiene una debilidad: Todos los que hablan mal del periódico son enemigos. El grupito lo sabe, así que le cuentan al presidente que los que opinamos en contra de ellos lo único que queremos es destrozar la imagen de la empresa. Mientras alguien de la confianza de Santiago Rey no le haga ver que lo están engañando, el seguirá dándoles alas a los directivos para que luchen contra los enemigos del diario. Mientras, La Voz y su credibilidad se está quedando por el camino. La única esperanza es que un día, no pienso que muy lejano, el presidente vuelva a dar un golpe en la mesa y el grupito acabe en la calle.
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